El mejoramiento de la calidad y la búsqueda de la excelencia en todos los ámbitos de su quehacer, en consonancia con las transformaciones que está experimentando la Universidad de Chile, es el sello del nuevo plan estratégico 2008-2011 de la Escuela de Salud Pública. El documento fue oficialmente presentado al claustro académico de esa unidad por su director, doctor Giorgio Solimano, quien destacó que otros aspectos relevantes son su carácter participativo y el hecho de contar con metas e iniciativas concretas.
El Dr. Solimano explicó que, sobre la base del progreso vivido por la Escuela desde el año 2000 –cuando se formuló el primer plan-, la nueva estrategia fue generada a partir de las propuestas surgidas de sus propios integrantes, las que fueron sistematizadas por un grupo conductor, bajo la coordinación de la Dra. Julia González. “Además, contiene metas, iniciativas para lograrlas, indicadores y compromisos que se deben traducir en resultados concretos; es decir, no se queda en las generalidades”, precisó.
Así, la coherencia con las políticas universitarias, la contribución a la competitividad frente a otras universidades, el aporte al avance en la carrera académica y funcionaria y la factibilidad técnica y económica, fueron los criterios para priorizar las acciones del plan, que se agruparon en tres ejes estratégicos. Estos apuntan al desarrollo de un quehacer académico de excelencia, al establecimiento de relaciones fecundas con el entorno relevante y al logro de una organización que potencie el desarrollo de la Escuela.
Bajo esa mirada, se fijaron metas como crear instancias de mejoramiento sistemático de la calidad de la enseñanza de pre y postgrado; fortalecer en la Escuela , y en asociación con otras unidades, líneas de investigación en salud pública; promover el uso de metodologías docentes innovadoras y mejorar el apoyo administrativo-financiero a la labor académica. En cuanto a las relaciones con el entorno, se fortalecerán los vínculos con las autoridades de salud, municipios, organismos internacionales, universidades, comunidad y medios de comunicación. En los aspectos organizacionales, el plan propone redefinir el rol, posicionamiento y estructura de la institución; implementar una política integral de recursos humanos para todo el ciclo de vida laboral y enriquecer la relación con los estudiantes de pre y postgrado, tanto actuales como ya egresados.
Siete equipos, llamados “fuerzas de tarea” e integrados por académicos, profesionales y administrativos, trabajaron durante casi un año en esta planificación y en la definición de plazos para cumplir con las iniciativas de cada eje. Al respecto, el Dr. Solimano valoró el consenso suscitado en torno a la necesidad de proyectar a la Escuela como institución líder en la formación de estudiantes, profesionales y académicos, “con una visión transdisciplinaria, desde perspectivas diversas y complementarias y en permanente renovación, aportando al mejoramiento de la salud de la población”.
Daniela Araneda
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