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Nº 43 - 24 de marzo de 2008

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Aumentan en hijos de madres menores de 20 aÑos y mayores de 39
Malformaciones congÉnitas, un problema de edad

Según un estudio realizado en la maternidad del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, más de la mitad de los niños con malformaciones congénitas (MC) son hijos de mujeres menores de 20 años y mayores de 39.

Si bien a nivel nacional se calcula que entre el 2 y 3 por ciento de la población nace con MC, en el hospital universitario se registraron 1.767 casos entre los años 1996 y 2005, lo que corresponde al 8,4% de los menores nacidos en ese período.

“El nuestro es un hospital de alta complejidad y centro de referencia para embarazos de alto riesgo, lo que explicaría estas cifras. Aún así, tenemos que señalar que de acuerdo a nuestros datos, el promedio de la edad materna ha ido aumentando progresivamente: en 1972 era de 25 años y actualmente casi supera los 30', comenta el neonatólogo del Hospital Clínico de la U. de Chile, profesor Dr . Julio Nazer.

El especialista, junto a otros investigadores de la Casa de Bello, publicó en la Revista Médica de Chile el trabajo “Edad Materna y Malformaciones Congénitas, un registro de 35 años”, donde se detallan sus hallazgos.

Según se desprende del análisis, las edades extremas de las madres gatillan ciertas patologías, algunas de las cuales son muy severas. En las mujeres de mayor edad se presentan con más frecuencia casos de Síndrome de Down, anencefalia (ausencia de gran parte del cerebro y cráneo), espina bífida (en que la médula espinal no tiene protección ósea), malformaciones múltiples y anomalías del sistema gastrointestinal.

En cambio, entre las adolescentes son más usuales las malformaciones craneofaciales, la hidrocefalia (acumulación de líquido en el cráneo), polidactilia (exceso de dedos), estenosis pilórica (estrechamiento del píloro, lo que provoca vómitos explosivos) y la gastrosquisis (en que los intestinos del recién nacido quedan fuera del abdomen, flotando en el líquido amniótico).

“Los niños de mujeres mayores padecen, principalmente, de malformaciones de origen cromosómico, mientras que los hijos de adolescentes sufren de anomalías disruptivas, es decir, de alteraciones vasculares que afectan el desarrollo del embrión. Se sospecha que, en parte, esto estaría relacionado con los hábitos inadecuados de las jóvenes, incluida la mala alimentación y el consumo de tabaco y drogas”, comenta el doctor Nazer.


Dr . Julio Nazer

En el caso de las madres más añosas las enfermedades crónicas, posiblemente el envejecimiento ovular y un endometrio uterino desgastado por embarazos anteriores, pueden llegar a ser un factor de riesgo para concebir un hijo con defectos congénitos. “Si una mujer tiene más de 35 años y antecedentes de otros malformados en la familia, le ofrecemos consejería genética,”, añade el profesor Nazer.

Y las cifras son claras: de cada 50 partos en mujeres mayores de 40 años nace un niño con Síndrome de Down. En cambio, en el grupo etario de 20 a 29 años, esto ocurre cada 600 nacimientos.

El rol de los medicamentos

Otro de los factores de riesgo para tener hijos con malformaciones congénitas son los medicamentos, sobre todo cuando se consumen en el período embrionario, esto es, en el primer trimestre del embarazo y especialmente en las primeras semanas . El problema mayor se presenta cuando la mujer toma sustancias químicas teratogénicas (que producen anomalías) antes de saber que está esperando un hijo.

El exceso de vitamina A y aspirina, el uso de ciertas cremas contra el acné, los antiepilépticos y anticoagulantes. Y ni hablar de la Talidomida , que en los años 60 se ofrecía como un tranquilizante suave y terminó provocando MC en todo el mundo.

“Parece increíble pero la Talidomida sigue cobrando víctimas entre las embarazadas porque se usa para combatir la lepra aún endémica en ciertos países sudamericanos, como Argentina y Brasil . De hecho, en los últimos años se han detectado más de 35 casos en el continente”, comenta el profesor Nazer.

Por otra parte, el doctor destaca que las autoridades ministeriales han tomado medidas precautorias para evitar las malformaciones: han fortificado con ácido fólico el pan, vacunado contra la rubéola, realizando diagnósticos prenatales a las embarazadas y educado a la población sobre las complicaciones de la maternidad tardía. Sin embargo, según explica el doctor Nazer, aún falta mucho camino por andar. Entre otros aspectos sería relevante contar con cifras nacionales, ya que actualmente habría un subregistro a nivel país que es necesario sincerar. “Este es un problema de salud pública que, por ejemplo, implica tratamientos especiales, días en UTI y rehabilitación para los enfermos. Por consiguiente es importante saber qué está pasando en Chile”, comenta.

ECLAMC

De hecho, el doctor Nazer ha estado registrando desde 1969 todos los casos de niños malformados que han nacido en el Hospital Clínico de la U. de Chile. El especialista envía la ficha precodificada del recién nacido malformado y su control sano al Centro de Coordinación del ECLAMC (Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas), organización internacional que reúne datos y realiza investigaciones sobre esta materia y que, a su vez, alimenta de información a otros organismos vinculados al tema.

El ECLAMC está integrado por decenas de hospitales y Clínicas de Santiago y regiones, entre las que destaca la Región del Maule, que es la única en Chile que registra todos los nacimientos ocurridos en ella.

“Es una labor voluntaria que venimos efectuando desde hace muchos años porque consideramos que contribuye a conocer una realidad sobre la cual Chile no tiene información oficial que sea fidedigna”, confiesa.

 Cecilia Coddou