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Nº 8 - 18 de mayo de 2007
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Doctor
Ramiro Molina

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Con la hipertensiÓn, los riesgos estÁn a la vuelta de la esquina.
El delgado hilo de la normalidad

  • La salud o enfermedad no es algo que se pueda medir con números, sino que estudiando el continuo que representan los procesos biológicos.

Tengo 120 con 80 de presión, dice un abuelo, feliz de tener cifras iguales a “cuando era muchacho”. Pero la conceptualización de la hipertensión ha cambiado con el tiempo, dice el doctor Hernán Prat, jefe de servicio administrativo del Centro Cardiovascular del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, el 17 de mayo, día dedicado a esta patología. “Ya no se entiende como números bajo los cuales se piensa que no hay riesgos ni enfermedades, o que sobre ellos el paciente puede tener un infarto o un accidente vascular”, explica.

Y es que en estos momentos se entiende a la hipertensión como un proceso biológico que tiene un continuo, y que a medida que aumentan las presiones sistólica y diastólica crece el riesgo de consecuencias dañinas para la salud. “Mas aún si a la presión, aunque sea clasificable como normal alta –es decir, hasta 140 la sistólica- está asociada a otros factores de riesgo, como el ser varón, fumador, tiene diabetes o colesterol alto. Bastan dos sólo dos factores, por ejemplo ser hipertenso y diabético, para que aumente el riesgo cardiovascular. Estudios demuestran que una persona diabética, aunque tenga la presión normal o normal alta, necesita tratamiento medicamentoso para estas patologías. La asociación de factores hace que haya mayores probabilidades de infartos al miocardio, accidentes vasculares cerebrales y otros”.

Así, el doctor Prat informa que, desde hace dos años ha constatado que el tratamiento medicamentoso conjunto para estas dos patologías, la hipertensión y la diabetes, tiene resultados mucho mejores que sólo tratar el alza de presión y pedir al paciente que haga una dieta. “De 100 pacientes hipertensos, un 28% tiene posibilidades de hacer eventos cardiovasculares dentro de la próxima década. Esa cifra baja a un 22% si se le dan fármacos antihipertensivos, y a 14% si se añade tratamiento para el colesterol, como las estatinas, que bloquean su producción en el organismo”.

Pero, por sobre todo, el doctor Prat señala que la mejor manera de prevenir la hipertensión y sus secuelas es mantener hábitos alimenticios saludables y hacer ejercicio regularmente, más que consumir fármacos para bajar de peso, “que si bien algunos tienen excelentes resultados tanto en la pérdida de kilos extra como en la mejoría de otros procesos metabólicos, si la persona no cambia su forma de vida, una vez que deje de tomarlos volverán los problemas”.

Cecilia Valenzuela