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Nº 15 - 6 de julio de 2007

45 nuevos kinesiólogos y una despedida
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Comienza Curso Internacional de Micología
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Lanzan “Atlas de ecocardiografía clínica”
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Dr. Camilo LarraÍn: con sangre de maestro

La Facultad de Medicina de la Universidad de Chile perdió, el sábado 30 de junio de 2007, a uno de sus más insignes profesores titulares: el doctor Camilo Larraín, quien con dedicación formó nuevas generaciones en el área de la hematología, hizo investigación señera en su campo y se entregó de lleno a la atención de pacientes.

El doctor Larraín inició su vida académica como profesor ad honorem del servicio y la cátedra de Medicina del doctor Alejandro Garretón en 1943, luego de lo cual se especializó en Nueva York y Washington para volver a Chile en 1967. A su regreso, instaló, con el apoyo de la Fundación Kellogg , el más moderno laboratorio de coagulación del país, el que fue considerado durante mucho tiempo centro de referencia nacional. Entre algunos de sus muchos aportes, destacó el estudio que registró al mayor número de hemofílicos del país, clasificándolos según el tipo de deficiencia de factor de coagulación, lo que le valió el premio de Salud Pública “Doctor Corvalán Melgarejo” en 1973.

Asimismo, escribió textos docentes, tales como “Las diátesis hemorrágicas”, en 1967; se destacó como educador, formando generaciones de médicos durante 50 años, todo lo cual lo hizo merecedor de nombramientos tales como Maestro de la Hematología Chilena en 1998; Master del American College of Physicians en el 2001 y Maestro de la Medicina Interna , otorgado por la Sociedad Médica de Chile en el 2002. Incluso mostró grandes habilidades como estudioso de la historia, al recopilar en “ La Sociedad Médica de Santiago y el Desarrollo Histórico de la Medicina en Chile” los 130 años de existencia de dicha agrupación científica.

Pese a todos sus méritos, el doctor Camilo Larraín era modesto, generoso y agradecido de sus colaboradores y amigos. En un homenaje que le rindió la Facultad de Medicina en diciembre de 2004 demostró no estar desprovisto de humor, pues finalizó sus palabras señalando que “hay un proverbio que dice “desconfía de aquel que, en su hablar, dice “yo” más de tres veces: es un fatuo”. He hablado de mí muchas veces en esta exposición, pero pónganse en mi lugar, me honran en un homenaje, no tengo otra salida que ponderar exageradamente como muy bueno lo poco que haya hecho bien; como bueno, lo que he hecho regular, y como aceptable lo que haya hecho mal. Estoy seguro de que muchos de ustedes, puestos en mi lugar, habrían hecho lo mismo”.

Cecilia Valenzuela