Nº 325 - 27 de enero de 2015

Departamento de Tecnología Médica presenta el libro “Tamizaje Visual”
Leer más..

Endocanabinoides matan células tumorales prostáticas
Leer más..

Doctor Jorge Hasbún, nuevo director del HCUCH
Leer más..

Científicos chilenos demuestran este efecto y publicarán resultados en Oncology Reports durante enero de 2015
Endocanabinoides matan células tumorales prostáticas

  • Investigación realizada por académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en conjunto con especialistas del Hospital Clínico institucional, es la primera evidencia generada en nuestro país que constata que el uso de estas sustancias -de origen sintético- incubadas in vitro sobre líneas celulares y cultivos primarios detiene la proliferación en estos tejidos malignos.

La clave de este avance está, según explica el doctor Héctor Contreras, académico del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas del plantel, “en que pudimos describir que las células tumorales, al menos las de cáncer prostático, sobreexpresan receptores para estas sustancias en sus membranas plasmáticas; es decir, poseen una mayor cantidad de estos receptores que las células sanas, diferencia que incluso va aumentando a medida que la enfermedad avanza a etapas más agresivas”.


Profesor Héctor Contreras.

Estos receptores son los receptores para canabinoides CB1 y CB2. “Y ya que la metabolización de la cannabis deriva en sustancias como el tetrahidrocannabinol o THC, que funciona como mediador intercelular, en nuestro proyecto utilizamos análogos endógenos de la marihuana, llamados endocanabinoides, como la Anandamida y su derivado Metanandamida, que activan los mismos receptores que el THC. Así, trabajamos sobre cultivos celulares y en tejidos obtenidos de biopsias de pacientes con cáncer prostático, los cuales incubamos con diferentes dosis de estos endocanabinoides para encontrar la que fuera óptima en términos de de efecto/concentración, que fue la de cinco micro molar, luego de lo cual medimos los resultados de estas sustancias sobre las células cancerígenas después de 12, 24 y 48 horas de tratamiento”.

Una de las primeras evidencias que obtuvieron fue que el efecto de los endocanabinoides sobre estas células tumorales era dosis dependiente: a mayor concentración del endocanabinoide, se puede detectar un mayor efecto negativo en la sobrevida de las células.  Posterior a eso, los investigadores descubrieron que estas células detienen su crecimiento luego de los tratamientos, proliferando más lentamente al ser tratadas con los endocanabinoides, lo que es seguido por la activación de vías apoptóticas, lo que las lleva a la muerte. Para evaluar este proceso, los académicos midieron la actividad de las enzimas denominadas caspasas –mediadores esenciales de los procesos de muerte celular programada o apoptosis-, “la cual se vio aumentada como respuesta a la incubación de estas células con los endocanabinoides”, dijo el doctor Contreras.

Estas conclusiones, sumadas al hecho que representa la sobreexpresión de los receptores CB1 y CB2 en la membrana plasmática de las células tumorales, permiten a los investigadores afirmar que “los endocannabinoides tienen una acción preferente por estas células tumorales”, lo cual permitiría proyectar que una terapia en base a estas sustancias no afectaría de manera importante a las células prostáticas normales, “puesto que éstas casi no expresan los receptores CB1 y CB2”, añade el investigador.

¿Estos descubrimientos podrían apuntar a futuras terapias con estas sustancias?

En primer término es imposible hacer equivalente la dosis  que usamos en el laboratorio a, por ejemplo, la presente en el organismo luego del consumo de marihuana, porque no sabemos cuál es la concentración de canabinoides en la sangre de quien podría ser un fumador habitual de esta sustancia. Además, los resultados podrían variar mucho dependiendo de la calidad de la cannabis, del estado de salud de quien la consume –puesto que una persona que requiera usarla a modo de sedante de sus dolores por el cáncer ya puede tener problemas en la metabolización de estas sustancias que produce su hígado- y de su edad, entre muchos otros factores. Pero esta evidencia da algunas bases para la investigación de estas sustancias para posibles usos terapéuticos y que podrían administrarse en diferentes formas, tales como concentrados, cápsulas o aceites.

Esta investigación contó con el financiamiento de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile (Grant DI MULT 05/36-2) y, parcialmente, de proyectos Fondecyt de los académicos involucrados.

Cecilia Valenzuela León

PULSACIÓN SEMANAL
El Pulso
 © Todos los derechos reservados
elpulso@med.uchile.cl