La OMS e investigadores de la Universidad de Örebro (Suecia) han estado trabajando para determinar los ítems más importantes de la CIF que deben ser incluidos en la pérdida de audición o hipoacusia. Por este motivo, se organizó una conferencia de consenso de la Organización Mundial de Salud para determinar qué ítems de la CIF deben ser incorporados en la CIF comprehensiva para la Hipoacusia y en la CIF abreviada para la Hipoacusia.
Hilda Furmanski y Adrian Fuente |
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Al respecto, se invitó a 21 representantes de distintos países, entre ellos clínicos, investigadores y personas con dificultades auditivas. Los representantes de América Latina fueron el doctor Adrian Fuente, académico del Laboratorio de Audiología de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Chile y la Licenciada Hilda Furmaski, de Argentina.
La conferencia se realizó entre el 4 y 6 de mayo en la ciudad de Eriksholm, Dinamarca. Durante estos tres días de conferencia, se mostraron los resultados preliminares de los estudios llevados a cabo por el grupo de investigadores suecos, se presentó a los participantes los objetivos y modo de trabajo de la conferencia y se realizaron distintos debates.
“En lo personal fue una experiencia fabulosa, ya que ha sido un ejercicio mental bastante intenso, los debates generados resultaron muy enriquecedores y, por sobre todo, nos hemos sentido satisfechos con el producto que hemos logrado. La creación de la CIF comprehensiva para la Hipoacusia y la CIF abreviada para la Hipoacusia aún no termina; el siguiente paso corresponde a la Fase II, que implica evaluación y validación de esta primera versión creada recientemente”, comentó el Dr. Fuente.
Participantes y organizadores de la conferencia |
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Debido a las distintas realidades de los países, hay ítems que para un país pueden ser importantes mientras que para otros no, como por ejemplo aquellos relacionados con la práctica religiosa. El objetivo de la creación de la CIF comprehensiva para la Hipoacusia y la CIF abreviada para la Hipoacusia radica en que tanto clínicos como investigadores a lo largo del mundo puedan aplicarlas y, de esta forma, estudios epidemiológicos desarrollados en distintas partes del mundo puedan, por ejemplo, ser comparados.
A su vez, la aplicación de estas herramientas ayudaría a determinar desde un enfoque biopsicosocial la realidad de esta patología en regiones o países específicos, y así dar un punto de partida para cambios en políticas públicas, asignación de recursos, etc. La OMS ha creado herramientas similares para otras condiciones de salud como son la depresión, cáncer de cabeza y cuello, accidente cerebro vascular, por solo nombrar algunas.
René Bustos |