Nº 218 - 15 de mayo de 2012

Investigadores chilenos desarrollan efectivo método
de diagnóstico
para enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob
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Investigadores chilenos desarrollan método efectivo diagnóstico para enfermedad de Creutzfeldt-Jakob

  • Colaboración básico-clínica entre los laboratorios de los doctores Claudio Hetz, del Instituto de Ciencias Biomédicas y codirector del Instituto de Neurociencia Biomédica, y Luis Cartier, del Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, arrojó como resultado una metodología que no sólo ofrece certezas frente a este devastador mal, sino que se constituye como un parámetro para el diagnóstico diferencial respecto de otras encefalopatías.

Doctor Claudio Hetz.

Los resultados de este trabajo colaborativo fueron recientemente publicados por la revista PlosOne,  en el artículo titulado “Expresión alterada de la proteína prion en el líquido cefalorraquídeo como un biomarcador de Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob”. Según explican los doctores Cartier, Hetz y José Manuel Matamala –este último alumno del Programa de Doctorado en Ciencias Médicas-, en esta investigación se analizaron más de 200 muestras de pacientes chilenos en los que se sospechaba ECJ a lo largo de cuatro años de estudio, de las cuales se pudo constatar que al menos 100 pacientes tenían esta patología, así como asegurar que los individuos restantes no la tenían.

“Esto último es de especial relevancia”, explica el doctor Cartier, “porque la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es de rápida progresión, mortal y no tiene cura; en nuestro país fallecen más de 50 personas al año por ella; por eso la relevancia de contar con un diagnóstico certero tanto para los individuos afectados –y sus familias- como para los que no la tienen, de manera que su médico pueda ofrecer tratamiento a su verdadera patología, si es que está disponible”.

Trayectoria y avances

Para llegar a estas conclusiones, se aunaron la larga trayectoria del doctor Cartier –con más de 200 publicaciones científicas y Maestro de la Neurología- en cuanto al estudio de esta enfermedad, como el interés científico del doctor Hetz, experto en el estudio de enfermedades neurodegenerativas con reconocimiento mundial.

Según informa el doctor Hetz, hasta el momento el diagnóstico de la Enfermedad de Creutzfedt-Jakob se hace mediante la observación clínica –que incluye resonancia magnética de cerebro y electroencefalografía- y con la medición de la proteína 14 –3–3 en el líquido cefalorraquídeo, debido a que internacionalmente se ha establecido y aceptado como un marcador, aunque se desconoce su rol en esta patología y “desgraciadamente, también aparece en otras sintomatologías, como infecciones virales, tumores o infartos que afecten al cerebro; siempre que hay daño en este órgano este test da una señal positiva, así que no es un indicador directo ni exclusivo”. Además, añade el doctor Cartier, “se observó que esta proteína aumenta su expresión en el curso de la enfermedad, dato que sería diferencial respecto de las otras patologías, y disminuiría al final de ella, debido a la pérdida neuronal”.

Gracias a un proyecto Fondecyt, y debido al hecho de que, a pesar de la necesidad de decenas de pacientes, en Chile no existían expertos que realizaran este examen, el doctor Hetz y su equipo se abocaron a investigar el vínculo de la presencia de la proteína 14 –3–3 con la de la proteína Lactato Deshidrogenasa o LDH, que aparece en el líquido cefalorraquídeo cuando hay ruptura de neuronas. Para ello, establecieron contacto con el doctor Luis Cartier, quien investiga los casos de Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob desde mediados de los ’70, “por lo que es un referente natural en el tema; además, ha contribuido en la formación de muchísimos neurólogos, quienes aprendieron de él a diagnosticar este mal; por eso, recibe muestras de casi la totalidad de pacientes del país”, agrega el doctor Hetz.


Doctores Luis Cartier y José Manuel Matamala.

De esta forma, y a lo largo de cuatro años, estudiantes de doctorado del laboratorio del doctor Hetz, como Mauricio Torres –autor principal del paper-, accedieron a las muestras de pacientes del doctor Cartier, y realizaron el diagnóstico de 14 –3–3 a los 240 casos sospechosos de la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en forma gratuita. Mediante estos análisis, los investigadores concluyeron que la proteína 14 –3–3 aumenta su expresión y llega al líquido cefalorraquídeo, pero no por ruptura neuronal, “sino que podría ser una expresión propia de la dolencia, de la alteración de la proteína causante de la enfermedad, llamada Prión”, explica el doctor Matamala.

Nuevo biomarcador

La Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es una encefalopatía espongiforme que se debe a priones o proteínas infecciosas que debido a la alteración de su estructura terciaria da origen a una degeneración neuronal que provoca que el cerebro quede esponjoso. “Todos tenemos en nuestros cerebros la proteína prión normal o PrPc. Cuando aparece la enfermedad, ya sea en su variante familiar genética o casos esporádicos -de causa ambiental desconocida- cambia su estructura tridimensional, modificando su comportamiento bioquímico y haciéndose neurotóxica”, informa el doctor Hetz.

Gracias a las más de 200 muestras recolectadas por el laboratorio del doctor Cartier, el equipo del doctor Hetz pudo determinar –además de que no se produce vaciamiento de proteína 14 –3–3 en el líquido cefalorraquídeo por ruptura de neuronas- que la proteína prión también está en este líquido, pero alterada en su patrón bioquímico. “Por eso, si es que en las muestras aparecen juntas la proteína 14 –3–3 y el prión dañado, se puede afirmar con certeza que ese paciente tiene la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, por lo que se configuran como un nuevo biomarcador donde se mide un parámetro directamente relacionado con la patología”.

Además, añaden los investigadores en la publicación, las alteraciones observadas en el prión en esta enfermedad no se apreciaron en otras patologías que afectan el sistema nervioso, tales como demencia o la parapesia espástica progresiva.

Uno de los beneficios de este proyecto colaborativo, agrega el doctor Cartier, es que se pudo hacer el diagnóstico preciso o diferencial a 240 pacientes nacionales, sin costo para ellos. Gracias a estos auspiciosos resultados, agrega el doctor Matamala, están organizando la instalación, en el Servicio de Neurología del Hospital del Salvador, de un laboratorio que permita ofrecer este nuevo biomarcador diagnóstico a todos los pacientes que lo requieran.

Cecilia Valenzuela León

Si quiere acceder a esta publicación, siga este link
http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0036159


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