El Instituto O’Higgins, de Rancagua, fue el colegio que vio crecer a Álvaro Gómez, que egresó el 2011 con promedio 6,9. “El puntaje nacional no era mi meta. Lo veo como un regalo, como un premio, pero yo sólo me preparé para quedar en lo que quería, que es medicina”, explicó.
Álvaro Gómez |
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Y no sólo tenía claro lo que quería estudiar, sino también dónde. “Siempre quise ingresar a la Universidad de Chile, tanto por la excelencia académica como por la investigación, que para mí son dos ejes muy importantes. Además, me interesaba una universidad donde se “respirara” pluralismo, ya que aquí no sólo se viene a estudiar, sino que también se hace vida universitaria”, enfatiza el futuro médico.
Karin Emhart |
Matías Gracia |
Catalina Araya |
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Aclara que de la Universidad de Chile espera una formación integral, es decir, de excelencia en los ámbitos académico, deportivo y valórico. “Asimismo, espero conocer muchas personas, como profesores y compañeros, que pueden enriquecer mi experiencia en la universidad”, concluye.
El resto de primeros puntajes
De la misma opinión son los otros primeros puntajes, quienes valoraron enormemente no sólo la carrera a la que ingresaron, sino también el prestigio y tradición de la Universidad de Chile.
Karin Emhart, quien se matriculó con 758 puntos en Enfermería, dijo que “elegí este plantel por el prestigio que tiene y esperó egresar con todas las competencias necesarias para desarrollarme como una buen profesional”.
Matías Gracia, con 725 puntos en Nutrición y Dietética, siempre se interesó en el área de la salud. “Quería algo que tuviera que ver con la vida sana, y la carrera de Nutrición fue la que más me gustó, ya que tiene muchos ramos afines a mis intereses”. Con respecto a la Casa de Bello, Matías destacó los buenos comentarios que recibió de la universidad y porque “tenía renombre y, en ese sentido, es la mejor… no da lo mismo estudiar en cualquier lugar”.
Catalina Araya, primer puntaje en Terapia Ocupacional con 753 puntos, estuvo siempre orientada a estudiar una carrera del ámbito de la salud. “Quería algo que se dedicara lo más posible al servicio, al contacto con la gente, y para eso Terapia Ocupacional calzaba justo”.
Con 739 puntos, Jessenia Domke, quien ingresó a Obstetricia y Puericultura, contó que eligió la carrera porque le encantan los niños. Asimismo, remarcó que decidió estudiar en la Chile, porque “es la mejor del país. No me cambiaría por nada del mundo. Creo que esta casa de estudios forma muy buenas personas, con conciencia social, lo que la hace distinta a otras universidades”.
Por la misma razón del amor por los niños es que Claudia Jofré decidió estudiar Fonoaudiología. Con 756 puntos ponderados, sintió que esta carrera podría compatibilizar más sus intereses. Agrega que “de la Facultad de Medicina me gustaría que me entregara conocimientos, y me acreciente la motivación por los niños. Siempre quise estudiar en una universidad tradicional y preferí hacerlo acá, por el aspecto académico y el compromiso social”.
Agustín Ortíz, quien con 741 puntos se matriculó en Kinesiología, optó por esta carrera porque siempre le atrajo el área de la salud. Además, quiso estar en la Universidad de Chile, ya que "es la más antigua, y para mí es un honor estudiar aquí".
Finalmente con 768 puntos, Elena Devia fue la primera en ingresar a Tecnología Médica. "Me gustó la malla curricular de la carrera y quise entrar a la Universidad de Chile porque es la mejor de las tradicionales en el campo de la medicina", recalcó.
René Bustos
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