Nº 210 - 23 de enero de 2012

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Investigación pionera en farmacogenética en el país
Chilenos con mayor mezcla caucásica tienen más posibilidades de presentar reacción adversa a anticonvulsivantes y antidepresivos

  • Así lo reveló la información presentada por la profesora Mónica Acuña, académica del Programa de Genética Humana del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en el congreso de la Sociedad de Psiquiatría, Neurología y Neurocirugía, por lo cual fue premiado como el mejor trabajo libre.

Profesora Mónica Acuña

La especialista en genética de poblaciones lideró una investigación en la que describieron la frecuencia de las variantes genéticas que están relacionadas con respuesta alterada a medicamentos, debido a que codifican las enzimas involucradas en su metabolización.

Así, analizaron los polimorfismos farmacogenéticos de las enzimas CYP2D6, CYP2C9 y CYP2C19, codificadas por los genes del mismo nombre. “Lo primero que hay que conocer es la frecuencia de las variantes que están relacionadas con la alteración en la respuesta a fármacos en los distintos individuos, porque dependiendo de la metabolización de cada persona, hay quienes un medicamento les produce toxicidad y otros a quienes no les produce ningún efecto, ni el esperado ni uno perjudicial. Si el paciente metaboliza muy lento, quiere decir que la sustancia química pasa mucho tiempo en su organismo antes de ser eliminado, lo que puede producir efectos indeseados; si, por el contrario, metaboliza muy rápido, el producto es eliminado en muy poco tiempo, por lo que no alcanza a modificar el blanco terapéutico y no se obtiene el cambio deseado”, explica la especialista.

Estos efectos, que fueron descritos en Chile por primera vez por la profesora Acuña en 1989 mediante estudios de cinética publicados en la Revista Médica de Chile, en la actualidad son estudiados a nivel de DNA, con el fin de generar el conocimiento que permita al equipo de salud ofrecer lo que se llama medicina personalizada o “a la carta”; es decir, que conociendo el perfil genético de metabolización, el médico pueda determinar qué fármaco es el que más se acerca a las necesidades del paciente, o cuál es la dosis requerida para obtener los resultados deseados, más allá de las determinaciones estándar que se realizan habitualmente, en base a conjunción de peso y talla del individuo. Esto, en beneficio de los pacientes quienes accederán a un tratamiento más seguro –disminuyendo las posibilidades de toxicidad o efectos secundarios indeseados- y eficaz; de los mismos médicos, que definirán a priori qué medicamento usar y en qué dosis, evitando el ensayo y error; del sistema de salud, pues disminuirán los costos de enfermedades o secuelas de tratamientos mal prescritos y de la industria farmacéutica, pues el mejor uso aumentará su eficacia y seguridad.

Metabolizadores lentos y rápidos

Para esta investigación, se estudiaron las variantes de las enzimas CYP2D6, CYP2C9 y CYP2C19 en dos grupos distintos de población nacional: los que tienen un 90% de mezcla caucásica, por su origen europeo, y los que tienen sólo un 55% de estos genes, pues tienen mayor mezcla mongoloide, puesto que la población indígena tiene su origen ancestral en el Asia. Cada grupo constó de 200 pacientes.

La prevalencia genotípica de la capacidad metabolizadora se estudió para fármacos utilizados habitualmente para tratar patologías psiquiátricas. La profesora Acuña explica que “el 70% de los medicamentos más usados en la clínica son metabolizados por las enzimas codificadas por los genes CYP, familia 2 y subfamilias C ó D. Nosotros estudiamos específicamente estos genes porque existe una gran correlación entre genotipo y fenotipo; es decir, manifestación cinética. Los productos enzimáticos de estos genes biotransforman fármacos usados para enfermedades o trastornos en el área de salud mental, pues –entre otros compuestos- la enzima CYP2D6 participa en la biotransformación de antidepresivos tricíclicos e inhibidores selectivos de recaptación de serotonina. A su vez, CYP2C9 y CYP2C19 metabolizan anticonvulsivantes y antidepresivos, entre otros”.

Así, concluyeron que los pacientes de mayor mezcla caucásica presentan genotipos específicos de variantes de CYP2D6, CYP2C9 y CYP2C19, lo que deriva en que éstas metabolicen muy lentamente fármacos como los anticonvulsivantes y antidepresivos, por lo que tendrán una mayor probabilidad de presentar reacción adversa a estas sustancias. A su vez, observaron que ambos grupos estudiados presentan la misma frecuencia alélica para la duplicación del gen CYP2D6, por lo que son metabolizadoras rápidas, de manera que son personas que no sufrirán de reacciones adversas a determinados fármacos; sin embargo, en ellas las dosis estándares serían ineficaces. 

“Lo relevante”, sentencia la profesora Acuña, “es que en Chile estamos aportando al conocimiento que apunta a mejorar no sólo la salud sino que la calidad de vida de los pacientes, beneficiando de paso la labor médica, de los servicios de salud y de la industria farmacéutica. Lo ideal sería llegar a que todas las personas se hicieran un perfil genético de metabolización de medicamentos –lo que en este momento tiene un alto costo, pero es una inversión que se hace una sola vez y sirve para toda la vida-, de manera que pudieran contar con esa información para que su médico tratante pudiera, para cualquier patología, decidir con mayor base lo que será su tratamiento. Si bien falta mucho por avanzar, puesto que en cuanto a respuesta a medicamentos hay otros factores involucrados, además de su metabolización, esta es una información que permite personalizar la medicina”.

Cecilia Valenzuela


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