El encuentro se realizó el 13 de octubre de 2011, convocado por el Senado de la República y la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, a través de sus departamentos de Atención Primaria y Salud Familiar, y Bioética y Humanidades Médicas. Al inaugurarlo, el senador Mariano Ruiz-Esquide se refirió a la relevancia de contar con los antecedentes científicos necesarios para lo que será el análisis de tres proyectos presentados en el Congreso Nacional, los cuales se refieren a la idea de legislar respecto de la interrupción del embarazo por causas médicas. Para ello, ahondó en que ninguna de estas iniciativas apunta a autorizar libremente la interrupción del embarazo por cualquier causa, a la selección de personas ni a ser un método de planificación familiar, pero sí a resguardar los derechos de las mujeres en cuanto a su salud.
Senador Mariano Ruiz-Esquide |
Durante su exposición, la doctora Coleman, quien es académica de la Bowling Green University de Ohio, Estados Unidos, se refirió a las investigaciones científicas de los últimos quinquenios que profundizan en cuanto a los riesgos o daños en la salud mental de las mujeres que han abortado por causas no médicas. La especialista analizó los resultados de estas publicaciones en una síntesis cuantitativa que reúne los conocimientos aportados por estudios en lengua inglesa realizados entre 1995 y 2009, en una investigación recientemente aparecida en la revista British Journal of Psychiatry.
De esta manera, su muestra fue compuesta por 22 estudios, 36 mediciones de efecto y 877.181 participantes, de las cuales 163.831 experimentaron un aborto, concluyendo que las mujeres que se habían sometido a este procedimiento tenían un 81% de mayor riesgo de presentar problemas de salud mental –que puede ser abuso de drogas, alcohol, depresión mayor, ideación o intento suicida-, estimándose que cerca del 10% de la incidencia de estas complicaciones puede atribuirse directamente al aborto.
Doctora Priscilla Coleman |
Por ello, señaló que los desafíos pendientes se refieren a ampliar los conocimientos al respecto del tema, mediante estudios de largo plazo, amplios geográficamente y que incluyan a actores relevantes dentro de la vida de la mujer. Además, señaló la importancia de divulgar esta información en las organizaciones, el mundo médico y toda la sociedad, de manera de llegar a tratamientos orientados a aliviar el sufrimiento de las mujeres.
Cecilia Valenzuela
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