
Dr. Paul Délano |
Los académicos que presentaron el proyecto ganador son los doctores Adrián Fuente, académico de la Escuela de Fonoaudiología, y Adrián Ocampo, del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas, encabezados por el doctor Paul Délano, perteneciente tanto al Laboratorio de Neurobiología de la Audición del mismo programa del ICBM como al Servicio de Otorrinolaringología del HCUCH.
Gracias a este fondo concursable, que financia la mitad de los costos involucrados, se podrá adquirir una estación de trabajo para potenciales evocados auditivos y electroencefalograma de 32 canales, de la empresa Tucker Davis Technologies. Esta infraestructura permite realizar exámenes como: potenciales auditivos de tronco encefálico, potenciales de estado estable, mismatch negativity, potenciales evocados vestibulares y polisomnografía de 32 canales, lo que permitirá entender, por ejemplo, cómo los sonidos alteran la calidad del sueño.
El doctor Délano explica que los potenciales evocados auditivos permiten conocer objetivamente cómo escucha una persona que no puede manifestarse al respecto –como los menores de 6 meses o adultos con deterioro mental-, y simultáneamente, el electroencefalograma muestra la dinámica de la actividad eléctrica cerebral. Por ello, la combinación de estos dos tipos de registros facilitará las investigaciones del doctor Fuente en cuanto a la influencia de solventes en el procesamiento auditivo central; del doctor Ocampo en cuanto a cómo afectan los sonidos el proceso de sueño-vigilia y a él mismo en sus investigaciones respecto del sistema eferente auditivo.
Futura protección frente a ruidos de alta intensidad
El doctor Délano, médico otorrinolaringólogo y doctor en Ciencias Biomédicas, está investigando el funcionamiento del sistema eferente auditivo córtico-coclear. Gracias a un proyecto Fondecyt de Iniciación, ha estudiado el comportamiento de este sistema como modulador de las respuestas cocleares.
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“Cuando uno estudia un sistema sensorial, como visión o audición, piensa en cómo a través de vías aferentes los estímulos externos modifican la actividad cerebral. Sin embargo, anatómicamente existen vías neurales inversas, que van desde el cerebro hacia el órgano receptor: ese es el sistema eferente auditivo, cuya función aún no se conoce bien. Mi proyecto se aboca a entender su funcionamiento y para qué sirve, planteando que durante el proceso de atención a determinados estímulos, este sistema regula las respuestas cocleares frente a otros sonidos, relegándolos a un segundo plano”, explica el doctor Délano. Estas hipótesis ya las ha comprobado en modelos in vivo, y espera conocer estas respuestas en humanos, mediante los análisis que pueda hacer con el nuevo equipamiento.
Las aplicaciones clínicas de este conocimiento, añade, podrían permitir encontrar terapias contra patologías como el tinnitus –la percepción de un sonido que no existe en el exterior-, así como avanzar en el uso de fármacos para potenciar el sistema eferente, dado su comportamiento inhibitorio y, por lo tanto, protector del oído, “lo cual podría ser muy útil en el caso de trabajadores expuestos a ruidos de alta intensidad”, añade. De hecho, finaliza, diferentes estudios internacionales señalan que los medicamentos utilizados para el tratamiento de la miastenia gravis –enfermedad caracterizada por debilidad muscular- incrementan la función eferente, puesto que este sistema tiene los mismos receptores que una célula muscular; “algo que podría ser posible en el mediano plazo”, sentencia.
Cecilia Valenzuela
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