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Nº 169 - 14 de marzo de 2011

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Inicia sus actividades el 24 de marzo de 2011
La salud y su perspectiva valórica

  • Con un currículo renovado se ofrece el Diploma en Bioética Clínica, lo que lo convierte, una vez más, en un programa único en el país: analizará los puntos de convergencia entre los marcos jurídico y ético del actuar médico.

Doctor Sergio Valenzuela, director del Departamento de Bioética y Humanidades Médicas.

La iniciativa, que imparte anualmente el Departamento de Bioética y Humanidades Médicas de la Facultad de Medicina, iniciará el 24 de marzo próximo su primer módulo, para desarrollarse seis en total hasta fines de agosto de 2011, abordando temas como la relación clínica, bioética y derecho, problemas éticos al inicio y al final de la vida y, por último, ética, gestión, economía y salud.

De esta forma el doctor Armando Ortiz, director del programa, señala que “el diploma ha sufrido una evolución en sus contenidos: partió orientado a entregar habilidades, conocimientos y actitudes en la disciplina, y hoy ha incorporado otras dimensiones: la económica y de las organizaciones, como un estadio más nuevo de desarrollo en la toma de decisiones en salud. Además, se ha incorporado un módulo que relaciona todo el pensamiento y reflexión del mundo valórico en salud, con el mundo del derecho, en lo que es una mirada nueva. Por primera en Chile se intenta ver en qué áreas pueden converger el marco jurídico de actuación médica con el marco ético, que siempre han estado muy cercanos. Esta es una muestra de madurez del programa, que pivota sobre un claustro académico con bastante experiencia clínica”.

Así, añade, uno de los objetivos es que los profesionales de la salud y de las humanidades vinculadas al área se den cuenta de la dimensión moral de su actividad cotidiana. “En el cómo ejercen, cómo aconsejan al paciente, cómo toman decisiones terapéuticas o administrativas, hay una dimensión valórica que es tremendamente importante. Por ejemplo, si una enfermera aconseja a una adolescente en un consultorio, este consejo –por más bien intencionado que sea-, tiene una dimensión moral que obliga a una conciencia de ello, pues va a influir en lo que decida el otro, porque los profesionales de la salud siempre han sido considerados ejemplos a seguir”.

En esta formación, ¿se espera que el profesional sea capaz de aconsejar desde una dimensión moral y valórica independiente de sus propias creencias?

El doctor Sergio Valenzuela, director del Departamento de Bioética y Humanidades Médicas, señala que “uno no puede abstraerse de los propios valores y creo que a veces los pacientes agradecen cuando entra en esta materia y los pone sobre la mesa, conversando y no imponiendo. Eso nos obliga a revisar nuestras propias certezas, alguien que cree lo mismo desde hace 40 años, con todo lo que ha cambiado la medicina, los pacientes y las prácticas sociales, quiere decir que no ha evolucionado como ser humano, y el llamado es a revisar las propias convicciones, y quizás adquirirlas de nuevo desde una perspectiva distinta.

¿Qué pasa con la relación entre el profesional de la salud y las instituciones sanitarias en el tema de la dimensión ética de las decisiones que aquellos toman o deben tomar?

El doctor Valenzuela explica que “los criterios médicos tienen una dimensión ética; para que se realice esa vida moral tiene que haber espacio para tomar decisiones. Hoy, la tendencia es al ejercicio de la profesión en ambientes cada vez más institucionalizados, donde las decisiones están determinadas por factores económicos y administrativos. Ahí nuestra reflexión va en un sentido más bien proactivo, en una discusión que es de interés contingente de nuestros estudiantes”, finaliza.

Cecilia Valenzuela