Por eso que el atardecer del 17 de diciembre fue tan significativo. Después de esfuerzos sin descanso, la generación 2010 de egresados de la Escuela de Medicina dio término a la etapa de pregrado de su formación profesional, en una emocionante ceremonia realizada en el Club de Campo del Colegio Médico de Chile.
Doctores Christel Hanne, Cecilia Sepúlveda, Manuel Kukuljan, Alejandro Afani y Gisela Alarcón. |
En la ocasión, la directora de esta escuela, doctora Christel Hanne, destacó que después de todos los escollos que debieron enfrentar como estudiantes, “lo importante es que lograron tener valor cuando tropezaron y que recordaron que, aunque estuvieran cansados y los días se hicieran demasiado cortos, ustedes habían elegido servir y hacerlo con generosidad”. Finalmente, les aconsejó conocer sus propias limitaciones así como sus capacidades y mantener una cercana relación con sus pacientes, “a quienes debemos apoyar en el camino de su propia curación, pues en ocasiones por mucho que nos duela nada de lo que hagamos podrá cambiar el destino”.
Por su parte, a nombre de los egresados se dirigió a los asistentes el doctor José Peralta, quien reflexionó acerca de los distintos momentos vividos durante la formación profesional y respecto del servicio a los demás al que estará enfocada su carrera, la cual no alcanzará la excelencia sin un espíritu crítico, sentenció.
Llamados a cambiar el mundo
Luego del juramento generacional, la doctora Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina, hizo un análisis de la situación actual de nuestro país en materia logros alcanzados por las políticas públicas en el área de la salud, así como los desafíos pendientes. “Un país moderno tiene la obligación de realizar los máximos esfuerzos por privilegiar y financiar una buena atención primaria, la cual sea de calidad en cuanto al acceso, equidad y atención de especialistas. También debiera ser preocupación central promover el modelo de salud familiar y tener en consideración fortalecer el ejercicio de la medicina en un ambiente ético. Aún faltan especialistas (...), su distribución continúa concentrada en las regiones más centrales del país. Este es el contexto en el cual ustedes se desenvolverán profesionalmente; a ustedes corresponderá empeñarse en trabajar e impulsar los cambios que el país necesita en el ámbito de la salud. A ello queremos convocarlos, a manifestar la máxima colaboración y a que lo hagan con entusiasmo, con vocación de servicio y responsabilidad. Estamos seguros de que así va a ser”.
La doctora Cecilia Sepúlveda en la toma del Juramento Hipocrático de la generación 2010. |
Durante la ceremonia se entregaron reconocimientos a los docentes destacados por los propios estudiantes, como son los doctores Marcela Candia y Fernando Gabler, de Campus Centro; Mauricio Cereceda y Roberto Olivares, de Norte; Pablo Tobar y Jorge Armijo, de Occidente; Joaquín Palma y Jorge Olivos, de Oriente, y Pablo Muñoz y Salvador Sarrá, de Sur.
Asimismo, se premió a una docena de egresados con promedio de notas de 6,43 o más, como fueron Andrés Alvo, Jaime Anabalón, Romina Andino, Michelle Arroyo, Julio Contreras, José De Grazia, Camila Downey, Juan Pablo Guerra, Álvaro Nakouzi, Ignacio Rodríguez y Ricardo Veas. Los tres primeros lugares correspondieron a los doctores Nakouzi, quien promedió 6,71 durante su formación, por lo que recibió un aplauso de pie por parte de sus compañeros; De Grazia y Guerra. Por último, el premio Espíritu Universidad de Chile fue para la doctora Lissette Gramusset.
El evento fue amenizado gracias a la presentación de un extracto de la obra teatral “Quiebrespejos” –parte de cuyo elenco actuó por última vez, puesto que recibieron su título profesional- y a la tradicional participación del coro Schola Cantorum.
Cecilia Valenzuela
