“En el Ministerio de Salud se ha desacentuado el rol de la salud pública y este terremoto lo ha demostrado”. Así lo afirmó el titular de esa cartera, Jaime Mañalich, al intervenir en el segundo seminario “Análisis y propuestas para una política nacional de gestión integral del riesgo y manejo de crisis”, organizado por la Escuela de Salud Pública. El Ministro de Salud sostuvo que una de las grandes lecciones que nos dejó el terremoto “es que no estamos educando ni invirtiendo en la prevención. En este sentido, no podemos tener una ONEMI que no eduque”, sentenció.
El Ministro de Salud, Dr. Jaime Mañalich, junto al director académico del seminario, Dr. Alberto Maturana. |
El Secretario de Estado dijo que invertir en prevención significa, por ejemplo, planificar cuántos hospitales se necesitan, dónde y con qué características, o que las farmacias tengan stock para al menos tres días, igual que los bancos de sangre, de modo de poder enfrentar una emergencia. Al referirse al desempeño de los funcionarios de la salud tras el sismo, sostuvo que éstos “actuaron con un gran espíritu de servicio, pero al mismo tiempo con una gran improvisación”, la que, a su juicio, se debió precisamente a la falta de previsión del sistema de salud.
El ministro Mañalich señaló que reponer la infraestructura dañada por el sismo tomará al menos unos siete u ocho años; asimismo, hizo ver que, en las regiones del Maule y del Bío Bío, los hospitales que mejor resistieron esta catástrofe fueron aquellos construidos luego del terremoto de Chillán, en 1939. Pese a ello, indicó que “probablemente, deberemos tomar la decisión de que no vale la pena construir hospitales para cien años, pues la tecnología y la forma de prestar servicios en salud cambian muy rápido”. La autoridad informó que, bajo esa premisa, el Gobierno llamó a una licitación para la construcción de 16 hospitales de construcción acelerada, que son los que actualmente se usan en Europa para establecimientos de mediana y alta complejidad. Se trata de edificios prefabricados, con una vida útil de diez años, los cuales permitirán dotar al sistema público de salud de mil 440 camas.
Marco Enríquez-Ominami propuso un sistema de "presidentes regionales", con autonomía para tomar decisiones en sus zonas. |
En el seminario participó también el ex diputado y ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, quien planteó que parte de la ineficiencia de nuestro país para enfrentar riesgos se debe a la concentración del poder y a la centralización en la toma de decisiones. A su juicio, un sistema de “federalismo atenuado”, con autoridades regionales capaces de adoptar medidas sin consultar al nivel central, permitiría resolver en forma más rápida y eficiente los problemas derivados de una emergencia como la que Chile vivió el 27 de febrero. “Deberíamos tener un sistema de presidentes regionales, con atribuciones, por ejemplo, para decretar zona de catástrofe en sus regiones, y no la figura colonial que hoy son los intendentes. Así, tendríamos también un Primer Ministro preocupado solamente de la reconstrucción”, puntualizó.
Alcaldes, sismólogos, psicólogos, médicos, arquitectos, ingenieros, abogados y científicos expusieron sus propuestas para que Chile cuente con una política integral de gestión de los riesgos y catástrofes. Esta información será sistematizada por la Escuela de Salud Pública, para luego elaborar un documento que será entregado al Gobierno.
Daniela Araneda |
