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Nº 126 - 28 de enero de 2010

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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Tema será estudiado con proyecto Anillo
¿Cómo sabe el cerebro acerca de las
necesidades y emociones del cuerpo?

  • Las universidades de Chile y Pontificia Universidad Católica trabajarán los próximos tres años analizando la zona del cerebro que se activa al percibir en forma consciente los estímulos internos, tanto físicos como emocionales.

Dr. Pedro Maldonado.

Cuando nos saludamos solemos preguntar: ¿Y cómo estás?, una consulta sencilla que, sin embargo, implica una evaluación compleja por parte del cerebro, sobre la cual se conoce poco. Esta interocepción, que es la percepción consciente de los estímulos generados internamente, será estudiada en un proyecto Anillo que llevarán a cabo las universidades de Chile y Pontificia Universidad Católica en los próximos tres años.

“La mayoría de los estudios que se han realizado sobre percepción tienen que ver con los sentidos más conocidos, es decir, vista, oído y olfato, pero hay otros también muy importantes para el organismo que han recibido menos atención científica y que son muy relevantes, ya que permiten al individuo planear sus conductas más adecuadas y mantener la homeostasis”, comenta uno de los investigadores titulares del Anillo, el académico del Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Dr. Pedro Maldonado.

A modo de ejemplo, cuando una persona responde: “Estoy nervioso, aburrido, me duele el estómago o tengo hambre” lo que está haciendo es exteriorizar una percepción interna en que han confluido muchos receptores y varios sentidos. “Hasta ahora los estudios indican que en la interocepción se activa un área de la corteza cerebral denominada ínsula o corteza insular que con este proyecto esperamos estudiar directamente al  medir su actividad eléctrica”, plantea el Dr. Maldonado.

En el anillo se harán cuatro proyectos paralelos en que se interrelacionarán el director de la iniciativa, Dr. Fernando Torrealba, académico de la PUC; Rodrigo Iturriaga, también de la PUC y los doctores José Luis Valdés y Pedro Maldonado, ambos del ICBM. “Observaremos la actividad de la corteza insular en ratas cuando éstas son sometidas a malestar estomacal, hambre o reducción de oxígeno ambiental, pero también veremos si encontramos correlatos fisiológicos en humanos”, adelanta Pedro Maldonado.

Pupila delatora

En las personas se harán registros encefalográficos mientras evocan sensaciones a través de la observación de imágenes. El experto explica que al ver una foto neutra la pupila no se dilata, en cambio si se observa una madre jugando con su hijo aumentará de tamaño y lo hará mucho más si la imagen revela a un individuo golpeando a otro. “Vamos a cruzar los datos de la actividad electroencefalográfica con los cambios de la pupila para ver si hay movimiento en la corteza insular”.


Dr. José Luis Valdés

El académico resalta que la corteza insular tendría anatómicamente un sector anterior y otro posterior, vinculado cada cual con los niveles de autoconciencia físicos y emocionales.

En los otros laboratorios el doctor Torrealba trabajará con José Luis Valdés registrando la actividad eléctrica de la corteza insular en ratas, mientras que los profesionales de la PUC analizarán un modelo de hipoxia. Asimismo, se efectuará microestimulación, experimento inverso al que se realiza comúnmente: “Usando electrodos no sólo vamos a escuchar las neuronas de las ratas, también les hablaremos con el objetivo de que se activen. Esto nos permitirá observar sus conductas posteriores y correlacionarlas con las usuales, de acuerdo al modelo propuesto”.

El doctor Maldonado agrega que estos estudios, según ha destacado el director del Anillo, tendrían alcances médicos, ya que podrían ayudar a controlar, por ejemplo, la ingesta excesiva de alimentos. “El cuerpo siempre busca la homeostasis pero a veces el punto de equilibrio se desplaza y quizás, si entendemos cómo funciona este mecanismo, podremos ayudar a quienes no pueden dejar de comer o a los que se sienten mal sin que haya una causa clara”.

Cecilia Coddou