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Nº 118 - 25 de noviembre de 2009

Cuadro de honor de la docencia 2009
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Ha sido desarrollado en base a crustÁceos
Producto natural eliminarÍa
infecciones vaginales rebeldes

  • Según estudios de la U. de Chile, el Quitosán tendría una actividad antifúngica a pH ácido, es decir, podría utilizarse en candidiasis vulvovaginal, un problema bastante frecuente entre las mujeres adultas y difícil de combatir cuando las cepas de los hongos se hacen resistentes a los medicamentos.

Dra. Cecilia Tapia

La doctora Cecilia Tapia, académica del Programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, ha estado investigando las candidiasis vulvovaginales, infecciones provocadas por hongos que afectan a un porcentaje importante de las mujeres adultas y que pueden volverse recurrentes.

Este problema, que suele ser muy molesto y sintomático (produce picazón, flujo espeso, ardor e inflamación), es generado en la mayoría de los casos por una levadura denominada Candida, particularmente, por la especie Candida albicans, aunque también hay otros microorganismos que desencadenan estas infecciones, como Candida glabrata y Candida tropicalis.

Justamente, el año 2009 la especialista publicó en la Revista Chilena de Infectología un estudio en que analizó la distribución y susceptibilidad de levaduras del género Candida en pacientes hospitalizados y ambulatorios atendidos en la Clínica Dávila. Los resultados de la investigación arrojaron que el 71,1% de las cepas de Candida aisladas pertenecían a pacientes ambulatorios y el 28,9% a hospitalizados. En tanto, la mayoría de las levaduras correspondían a mujeres adultas. De hecho, el 73,5% de las cepas de Candida fueron recuperadas a partir de flujo vaginal.

“La especie C. albicans, que es la más frecuente (79%), es susceptible al fluconazol, un antifúngico que se le da a las pacientes para hacer frente a la infección. Sin embargo, aunque la mayoría de las cepas de C.albicans son sensibles, algunas poblaciones pueden presentar mayor resistencia, lo que obliga a aumentar el número de dosis del medicamento, mientras que otras cepas no responden al fármaco. En ese sentido este estudio fue relevante para categorizar las cepas sensibles y sensibles a dosis dependientes, así como las resistentes”, explica la doctora Tapia.

Una vez recopilada esta información, la académica de la Facultad de Medicina decidió medir la resistencia de las cepas aisladas a un compuesto natural derivado de la desacetilación de la quitina, que se encuentra ampliamente distribuida en la naturaleza formando parte estructural de los insectos, crustáceos e incluso hongos. Este producto, conocido como Quitosán, ha sido utilizado para reducir peso, como hipoglicemiante y biopiel en pacientes con quemaduras.

“El Quitosán, con propiedades antimicrobianas, también había sido empleado para inhibir hongos ambientales que contaminan alimentos, así que decidimos investigar si podía ayudarnos con las levaduras oportunistas del género Candida aisladas de candidiasis vaginal. Para eso hicimos un estudio en el laboratorio”, explica la doctora Tapia.

La investigación reveló que el Quitosán de Alto Peso Molecular, una de las formas de este compuesto (QAPM), tiene un efecto antifúngico rápido y es capaz de inhibir a la mayoría de las cepas sensibles y sensibles a dosis dependiente, es decir, que responden a dosis más altas de antifúngico, así como a las cepas resistentes a fluconazol.

Investigación aplicada

Incluso, estudios recientes han evaluado al Quitosán como vehículo de liberación de drogas antifúngicas. Además, ya que este producto funciona a un pH ácido es ideal para la zona vaginal que tiene estas características.

Pero la doctora Tapia no descubrió sólo eso, también constató que el ácido acético, en el cual disolvió el Quitosán, inhibe por sí mismo al hongo. En otras palabras, la suma de ambos productos podría ser muy efectiva. De hecho, la investigadora viajará próximamente a la Universidad de California, San Diego, donde realizará un postdoctorado gracias al cual podrá crear un epitelio artificial de tejido vulvovaginal para estudiar diversos compuestos antifúngicos.

“La idea es desarrollar una patente vinculada con estos estudios que potencien la transferencia tecnológica chilena y la aplicación de los conocimientos en pos del beneficio de las pacientes”, destaca.

Cecilia Coddou