Portada
 
Nº 28 - 16 de octubre de 2007

Presentan los Proyectos Estratégicos
Transversales PDI Medicina
Leer más..

Académicos de
la Casa de Bello
colaboran con la U. de Texas
Leer más..

Escuela de Nutrición
inaugura sus nuevas dependencias

Leer más..

PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Debido, principalmente, a fallas en la adherencia al tratamiento
El VIH desarrolla mayor resistencia en los niÑos

En Chile son menos de 50 los menores de 16 años que han desarrollado resistencia a algunas de las familias de tratamientos antirretrovirales. Esa cifra corresponde casi la cuarta parte de los niños portadores del VIH que viven en nuestro país, quienes enfrentan un panorama poco auspicioso: en ellos, el virus no responde a la terapia farmacológica elegida, por lo que su carga viral aumenta, y no tienen demasiadas alternativas.

El bioquímico William Acevedo, del Laboratorio de Medicina Molecular del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, es el investigador principal de un estudio realizado entre los años 2002 y 2005 con especialistas de esa unidad, así como del Hospital San Juan de Dios y en conjunto con el Comité Nacional de Sida Pediátrico, proyecto en que concluyeron que “nuestros niños tienen perfiles de resistencia mucho más complejos que los de adultos, lo que significa que tienen menos opciones de tratamiento”. Esta investigación, uno de los pocos que se ha hecho en el mundo para estudiar los patrones de mutación del virus de inmunodeficiencia humana asociada a la resistencia antirretroviral en pacientes pediátricos, fue presentado en el Congreso Mundial de VIH Sida realizado recientemente en Sidney, Australia.

La resistencia a los medicamentos, en el caso del VIH, se origina principalmente debido a la falta de adherencia al tratamiento. Según explica el profesor Acevedo, diferentes estudios internacionales consignan que la terapia en esta patología da resultados exitosos cuando se alcanza un 95% de adherencia, “lo cual es altísimo y, en niños, muy difícil de conseguir”. Otra razón es que “el comportamiento del virus en el organismo de los niños es distinto, dada su propia biología: se replica más rápido y en mayor número, por lo que es más severo en ellos”.

No hay suficientes medicamentos pediátricos

El estudio además consignó que del total de niños estudiados –42 casos de un total de 171 niños que viven con VIH en Chile-, el 33% es resistente a dos familias de medicamentos: los inhibidores de la transcriptasa reversa nucleósidos, como el ya tradicional AZT, y los inhibidores de la transcriptasa reversa no nucleósidos, que en conjunto frenan la producción de ADNc del virus y bloquean su crecimiento. Y otro 33% no responde a la tercera y última familia de drogas, llamados inhibidores de proteasa, que funcionan deteniendo la producción y ensamblaje de nuevas partículas virales: “Estas son restricciones muy limitantes porque, para tratar esta enfermedad es necesario utilizar fármacos de las distintas familias, y si además continúan con el problema de adherencia al tratamiento, finalmente se harán resistentes a todas las drogas, por lo que la enfermedad evolucionará siguiendo su proceso esperado y fallecerán”.

Y el profesor Acevedo hace otra alerta: no todos los medicamentos existentes en el mercado para adultos están disponibles en presentación pediátrica, por lo que no se pueden suministrar a menores. Por todo lo anterior, una de las vías de solución que se elige en estos casos es pasar al menor a la terapia de adultos si es que es factible, pero eso no es posible en los más pequeños, por eso es que la única vía para tener éxito con la terapia es adherirse completamente a ella, “aunque sabemos que es tremendamente difícil, porque incluso darle una aspirina a un chico de tres años es complicado”.

-Pero si hay casos que han llegado a la adolescencia, quiere decir que hay posibilidades de éxito...

-Ellos son sobrevivientes, una excepción. Muchos quedaron en el camino porque no respondieron a la terapia, no tuvieron acceso a ella –cuando no existía la política actual de acceso universal al tratamiento- y no se vio el resultado de los medicamentos. Pero a nivel internacional ya existe una generación que son hijos sanos de adolescentes o adultos jóvenes, portadores de VIH.

Cecilia Valenzuela