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Nº 188 - 1 de agosto de 2011

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Quiénes somos

Ámbito del ejercicio profesional de la matrona:
Presente y futuro


Profesora Hilda Bonilla

Según información que aporta el Departamento de Estadísticas e Información en Salud del Minsal (2007), desde que en la década de los ’60 se inició el Programa de Planificación Familiar en Chile, la tasa de abortos disminuyó de 107 a 5 muertes de mujeres por cada 100.000 nacidos vivos entre 1960 y 2000. En números absolutos, esta cifra es de cuatro fallecimientos de mujeres al año.

El profesional matrona/ón ha tenido un rol protagónico en el desarrollo de este  programa, ya que el99% de las atenciones de regulación de fertilidad en el sistema público son realizadas por matronas. En el 2006, estas correspondieron al 39,8% del total de atenciones realizadas por estas profesionales, las cuales ascienden a 2.032.859 en el 2007; de éstas, 13.000 correspondieron a consultas por anticoncepción de emergencia.

En el Sistema Público de Salud año 2009, el porcentaje de población bajo control en regulación de fecundidad, en relación a la población inscrita por grupo etáreo, promedió el 28,6% del total de mujeres, entre menores de 15 años y mayores de 35. El método anticonceptivo más usado por ellas -39% de las usuarias- es el dispositivo intrauterino, y la totalidad de estas inserciones son realizadas por matronas.

Por otra parte, las cifras que arroja el Diagnóstico de la Situación en Salud Sexual del Adolescente, realizado por el Instituto Nacional de la Juventud en el año 2009, señalan que el 48% de los jóvenes de entre 15 y 19 años declara haber iniciado su vida sexual, y el 51,4% de ellos declara haber usado algún método de prevención del embarazo. Sin embargo, en el mismo estudio se aprecia claramente una gradiente en el acceso a estos métodos, dependiendo del nivel socioeconómico: en el grupo ABC1 el 76,15% de los adolescentes accede a estos métodos, en comparación con los del grupo E, de los cuales sólo al 39,3% puede utilizarlos.

Esta inequidad explica que en la década pasada no se haya cumplido el objetivo sanitario de reducir el embarazo no planificado en un 30%, lo que significaba bajar la tasa de fecundidad de 65,4 por 1.000 nacidos vivos, a 46 por 1.000, alcanzando sólo una tasa de 53,4 por 1000. Por otro lado, la meta 2010 de bajar a cero la fecundidad en el grupo de niñas de 10 a 14 años tampoco se logró, alcanzándose una de 1,2 por 1.000 (Minsal,  2010, Objetivos Sanitarios Evaluación Final del Período).  Lamentablemente, el foco del trabajo en adolescentes se ha puesto sólo en la embarazada, quienes acceden en un 35% a regulación de fecundidad, utilizando los recursos del Programa de la Mujer, sin considerar un espacio para los padres adolescentes o sus familias.

Debido a que el 85 % de las atenciones en el en el Programa de Salud de la Mujer del Sistema Público de Salud  son brindadas por matronas –lo que se traduce en 6.225.001 atenciones-, la presencia de esta profesional en las actividades de Planificación Familiar permite plantear un acceso equitativo de nuestra población a estos métodos. Los métodos de planificación familiar a su cargo son amplios y variados, tales como los diferentes tipos de anticoncepción hormonal –incluyendo la anticoncepción de emergencia-, el dispositivo intrauterino y los preservativos.

La nuevas Normas de Regulación de Fecundidad que rigen el sistema sanitario, además de establecer un conjunto de garantías explícitas, promueven un modelo de atención integral, cercano y centrado en las personas. Implementarlas, haciendo realidad la reforma sectorial, es a la vez un desafío y una oportunidad para enriquecer la atención en base al concepto de Salud Sexual y Reproductiva. Esta nueva perspectiva requiere no sólo de una forma distinta de proveer y organizar los servicios, sino también de entender la atención de salud como una orientación y acompañamiento, más que como una mera indicación o prescripción de un medicamento.

Esta posición implica, también, un cambio de actitud de parte de quienes otorgan y quienes reciben estos servicios, orientada hacia una mirada más humanizada de la atención en salud, en la cual las matronas y matrones tenemos más de un siglo de experiencia, y décadas aportando al bienestar de la mujer y su pareja desde la perspectiva de la planificación familiar.
  
Profesora Hilda Bonilla
Directora Escuela de Obstetricia
Facultad de Medicina
Universidad de Chile