Ubicado en el sexto piso del sector E del HCUCH, la sala albergará a estudiantes de pre y postgrado del plantel en sus diferentes pasos clínicos. “Es la mejor manera de honrar al doctor Larraín, símbolo de nuestro centro asistencial, pues provenía de lo que era el Hospital San Vicente Paul. Reunía todas las cualidades de un médico universitario: siempre estudioso y con un espíritu del deber realmente extraordinario, pues a partir de un trabajo que le encargó un profesor hizo una investigación de tal magnitud, recorriendo todos los hospitales de Santiago para ver los pacientes con trastornos de la coagulación, que de allí publicó el libro Las diátesis hemorrágicas . Lo mismo sucedió con la solicitud que le hizo la Sociedad Médica de Santiago: no sólo escribió la historia de esta entidad sino, además, la mejor revisión de la trayectoria de la medicina chilena”, recordó el doctor Cotera. “Pero, de todos los premios y homenajes que recibió, me contó una vez que el que más le gustaba, era la distinción que, cada año, le hacían sus alumnos de Medicina, quienes lo distinguían como el mejor profesor”, añadió.
En el corte de cinta inaugural:Camilo Larraín Sánchez y sus hermanas Alicia y María Paz Larraín, junto a su madre, Alicia Sánchez viuda de Larraín; doctor José Amat, director del HCUCH; doctora Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina; doctor Alejandro Cotera, director del Departamento de Medicina, y doctor Julio Espinoza, director clínico de nuestro plantel. |
Los recuerdos, que no se irán El doctor Guillermo Conte, jefe de la Sección de Hematología del Departamento de Medicina, recordó sus enormes dotes como académicos y en la labor diaria con sus pacientes, señalando que fue un maestro que formó a más de 5.000 alumnos en sus casi 50 años de vida profesional, “como un ejemplo de compromiso y rectitud ética, llegando a ser Maestro de la Hematología , Maestro de la Medicina Interna y miembro del American College of Physicians”.
Por último, no faltaron los recuerdos personales: el doctor José Amat, director general del HCUCH, rememoró su primer encuentro con el doctor Larraín, cuando llegó a la cátedra del doctor Alejandro Garretón, en 1957, y luego el inesperado entrelazamiento de sus vidas personales. Y la doctora Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina, contó a los presentes su asombro ante la gentileza y sencillez de este maestro, quien fue el primer alumno inscrito en sus seminarios de Inmunología, cuando se incorporó a nuestro recinto asistencial.
La doctora Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina, contó a los presentes su asombro ante la gentileza y sencillez de este maestro, quien fue el primer alumno inscrito en sus seminarios de Inmunología, cuando se incorporó a nuestro recinto asistencial. |
Sólo quedaba cortar la simbólica cinta del nuevo auditorio. Bajo el letrero que lleva el nombre del doctor Camilo Larraín, su familia y las autoridades universitarias iniciaban la vida docente de un espacio que no dejará que el tiempo se lleve el recuerdo de un maestro. Cecilia Valenzuela
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