En la oportunidad, la profesora Vilma Mejía, directora de la escuela organizadora, recordó la génesis de este proyecto, que comenzó a ofrecerse el año 2005, fecha desde la cual “el concepto siempre ha sido el desafío en salud que tenemos frente a los niños que necesitan atención de enfermería de alta complejidad, y la responsabilidad profesional de brindarles cuidados de calidad tanto a ellos como a sus familias, de acuerdo a sus requerimientos”. Este curso, añadió, ha contado con la participación de una amplia gama de profesores invitados, como médicos, químicos farmacéuticos, abogados y psicólogos, así como la labor docente de enfermeras jefes y equipos de trabajo de diferentes campos clínicos, entre los cuales se cuentan los hospitales Roberto del Río, Exequiel González Cortés y San Juan de Dios, además de la Clínica Las Condes.
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A nombre de las egresadas, la enfermera Pamela Lolas, se refirió al privilegio que significa formarse en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, “pues el conocimiento no se improvisa, debe estar bajo la tutela de una institución con respaldo y prestigio”. A ello, añadió que este postgrado les permitirá fundamentar sus acciones de enfermería frente a sus pacientes pediátricos, “pues somos sus protectoras, tal como se desprende de la Carta de Derechos del Niño Hospitalizado”. Por último, María Paz Suazo fue premiada por su excelencia académica y Carolina Amigo recibió la distinción “Espíritu Enfermera Florence Nightingale”.
Cecilia Valenzuela
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