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Nº 78 - 31 de diciembre de 2008

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Cuando sonrojarse produce dolor
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PULSACIÓN SEMANAL
 
 

Psiquiatra profundiza en el rubor facial patolÓgico
como fuente de sufrimiento

Cuando sonrojarse produce dolor

  • El doctor Enrique Jadresic, académico de la U. de Chile, publicó el libro When Blushing Hurts, el primero en el mundo que se centra en el fenómeno del sonrojo y que es escrito por un especialista en psiquiatría. El objetivo del texto es ayudar a los que sufren por su tendencia a ruborizarse y que no se atreven a consultar al respecto, mostrándoles diversas alternativas terapéuticas.

Doctor Enrique Jadresic

Aunque ruborizarse es una reacción humana natural puede transformarse en causa de tormento para quien se pone “colorado” sin razón. Así lo da a conocer el doctor Enrique Jadresic, académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, en su libro When Blushing Hurts , donde propone considerar al rubor facial como un síntoma mórbido o un trastorno psiquiátrico cuando es desencadenado por estímulos psicológicos menores que provocan sufrimiento psíquico e interfieren con el rendimiento escolar o laboral, la vida sentimental y las relaciones interpersonales.

Aún más, el doctor Jadresic utiliza la expresión Rubor Facial Patológico (RFP) para describir el padecimiento que otros autores han designado como Eritema Craneofacial Idiopático, entidad clínica que, según estudios recientes, sería una condición genética de carácter autosómico dominante.

Los datos muestran que el 50% de las personas afectadas tiene antecedentes del mismo trastorno (enrojecimiento intenso en presencia de otros), o de alguno de los síndromes de hiperhidrosis (sudoración facial, palmar o axilar excesivas), cuadros que en la actualidad se incluyen dentro de las enfermedades del sistema nervioso autónomo. Pese a que no se dispone de estudios que se hayan abocado a determinar directamente la prevalencia del RFP a nivel de la población general, estimaciones indirectas sugieren que esta afección se presentaría entre el 5% y 7% de las personas.

El doctor Jadresic explica que a las emociones básicas que, según los expertos en neurociencias son seis: rabia, asco, miedo, alegría, tristeza y sorpresa, se suman algunas que han sido calificadas como superiores o secundarias, entre las que se incluyen: culpa, turbación, vergüenza y simpatía. A éstas, justamente, se asocia el rubor facial y la experiencia de turbación ( embarrassment ) que suele acompañar al enrojecimiento. “A diferencia de la vergüenza, que puede ser motivada por un acto que cada uno conoce en su intimidad, en el desencadenamiento del rubor facial la presencia de otra persona es indispensable”, explica.

Ingobernabilidad del sonrojo

Por otra parte, la ingobernabilidad del sonrojo puede ser percibida como una vivencia psíquica perturbadora para quien que se ruboriza ante cualquier estímulo y en forma frecuente. A menudo, esto lleva a inhibir la interacción con otras personas y, con el tiempo, desencadena una fobia a enrojecer (eritrofobia), lesionando la autoestima.

En su texto, el Dr. Jadresic da a conocer su experiencia clínica de cinco años evaluando y tratando a más de 230 personas con RFP. De hecho, el libro recién publicado es, según quienes lo han leído, un importante aporte científico pero principalmente humano, ya que en él el especialista consigue, con respeto y sensibilidad, abordar un padecimiento que muchos sufren en silencio y por el cual no se atreven a consultar, aunque se ha detectado que sí acuden a Internet para despejar sus dudas.

Entre los recursos a que recurren las personas para evitar que se note su sonrojo, se incluye usar una barba frondosa, tomar sol deliberadamente sin protección, maquillarse en forma excesiva, emplear anteojos de sol o gorros y, en recintos cerrados, evitar los lugares muy iluminados.

Tratamientos

Entre los tratamientos disponibles para el RFP se encuentran la psicoterapia cognitivo-conductual, los medicamentos que inhiben la recaptura de serotonina usados con frecuencia para tratar la fobia social y la cirugía denominada simpatectomía por videotoracoscopía, que está indicada para los casos más graves.

De hecho, la enfermedad que más se asocia a rubor facial es el Trastorno de Ansiedad Social (TAS) que afecta al 13% de la población en algún momento de la vida. Esta fobia social se caracteriza por un temor marcado a ser el foco de atención o a comportarse de manera embarazosa o humillante, lo que conduce a evitar las situaciones de interacción en que es probable que aparezca el rubor. En algunos casos a los pacientes no les aflige tanto el TAS, sino el sonrojo de sus mejillas que consideran socialmente inapropiado y que no pueden controlar.

El doctor Jadresic señala que, a su entender, es importante que se haga una evaluación sicológica del paciente antes de que se someta a la cirugía, sobre todo porque las otras opciones pueden ser efectivas en algunos casos. Además, la cirugía podría generar complicaciones, incluida la sudoración compensatoria, principalmente a nivel del tronco.

El libro, de carácter autobiográfico, hasta ahora sólo está disponible en inglés, y se encuentra a la venta en EE.UU. e Internet (Amazon.com) desde la semana pasada, período en el que ya ha sido solicitado desde países como Alemania y Finlandia.

Cecilia Coddou