Otro de los aspectos que se abordaron en la jornada fue la formación de especialistas. En este punto el doctor Jorge Carabantes, jefe de la División de Gestión y Desarrollo de las Personas del Minsal, se refirió a qué desea, espera y necesita el Minsal. “Queremos que la Universidad de Chile se involucre principalmente con las especialidades falentes, formando personas con un perfil acorde con el modelo de atención que impulsa la reforma sectorial”, dijo. El médico mostró numerosos gráficos en que se explicitaba la realidad nacional, demostrando que en algunas especialidades hay carencias nacionales, mientras que en otros casos se focalizan en ciertas regiones del país. “Para planificar el recurso humano debemos tener en claro qué profesionales tenemos y de cuáles carecemos. Sabemos que hay brechas pero no contamos con las cifras”, apuntó.
Ejemplificó el punto diciendo que Arauco y O'Higgins están bajo la media del país en todas las especialidades, mientras que Arica está en las mismas condiciones, a excepción de anátomo patología. En tanto, Antofagasta, Llanchipal, Aysén y Sur Oriente se encuentran bajo la mediana del país en varias especialidades.
Doctor Manuel Kukuljan |
Por otra parte, el doctor Manuel Kukuljan, director de lea Escuela de Postgrado, se refirió a las propuestas de la facultad. Recordó que el 65% de los becados son autofinanciados, el 30% son sustentados por el Minsal, que paga a la facultad el 35% del arancel total, y el otro 5% se financia con becas universitarias.
“Nuestro compromiso es dar una orientación más general a los programas de postgrado, formular y aplicar estándares de calidad transversales y gestionar las iniciativas en función de las necesidades del país. Además, queremos consolidarnos como proveedores nacionales en educación continua”, señaló el doctor Kukuljan.
El médico recordó que la Escuela de Posgrado ofrece 29 especialidades primarias y 36 derivadas, con un promedio de estudiantes en formación que rodea las 950 personas. A ello se suman 400 alumnos que son parte de los programas de doctorado y magíster y 1.000 estudiantes que, anualmente, se incorporan a las iniciativas de educación continua.
Sin embargo, el médico hizo un llamado a las autoridades asistenciales a sincerar los costos, ya que para enfrentar los desafíos de calidad y cobertura se hace necesario analizar en profundidad los valores de estos programas. “No olvidemos que, si bien los campos clínicos públicos contribuyen de manera fundamental a la labor universitaria en la formación de especialistas, los becados también colaboran en la labor asistencial”.
Cecilia Coddou |
